Investigaciones indican que no hay en Latinoamérica otras personas que extraigan con técnicas ancestrales la seda del gusano sin dañarlo. Solo existen dos mujeres que lo realizan y una de ellas tiene 86 años.
Por iniciativa de la Universidad Nacional de Catamarca (UNCA), a través de la Secretaría de Extensión Universitaria y otros organismos del Estado provincial, avanza en Catamarca el proyecto Sendero Tecnológico “Tejido con Encanto”, cuyo objetivo es el fortalecimiento de la artesanía textil vinculada a la producción de la seda silvestre del departamento catamarqueño Ancasti, fomentando rescatar el legado ancestral sobre artesanía textil. El proyecto se inició hace dos años y avanza ahora con el interés de otros sectores y se espera un mayor compromiso para cumplir con todos los objetivos y así rescatar uno de los tejidos más ancestrales con técnicas únicas en el Latinoamérica.
Desde la Secretaría de Extensión Universitaria de la UNCA explicaron que el proyecto es amplio e incluye la generación de criaderos para la reproducción del gusano y propagación de especies como también dar visibilidad nacional, regional e internacional a la producción artesanal de la seda del coyuyo como patrimonio cultural único, salvaguardar el saber ancestral y promover la producción de la seda silvestre como una actividad económica y productiva, entre otros desafíos.
Se pretende salvaguardar y trasmitir cómo se elabora el hilo de seda nativa, con tinta de la seda natural. El único lugar que se mantiene y se preserva la técnica textil de elaboración del hilo es en Ancasti. Desde la universidad buscan transmitir el saber de la técnica y para ello se necesita materia prima, que es ese capullo que elaboran los gusanos que comen plantas autóctonas de la región.
Desde la UNCA se vincularon con la artesana Isolina Bulacios, la única que aprendió la técnica de la maestra artesana Paula Romero, hoy de 86 años, y están trabajando hace un año con ella. Buscan que ella que sea la retransmisora de esta técnica milenaria de elaboración del hilo de seda nativa. La universidad, por su lado, pretende generar la materia prima a partir de este proyecto; es decir, criar el gusano en el monte nativo y tratar de propagar las plantas como el ancoche que es lo que comen los gusanos, pero cerca de la casa de la artesana y pueda dar de comer a los gusanos.
Actualmente en Latinoamérica no hay nadie que realice estas técnicas de seda nativa que se extrae de los capullos de gusanos. Se necesita 400 capullos para realizar un corbatín, lo que significa que es necesario tener criaderos y avanzar en la trasmisión del saber.
Con información de El Ancasti.-