La recolección de la oleaginosa está llegando al final con rendimientos “más que aceptables” que producirían a la provincia ingresos por más de 250.000.000 de pesos.
Totalmente volcada a la producción granaria, la provincia está llegando a la culminación de una de las mejores cosechas de girasol y se apresta a inscribir un nuevo record en materia sojera con la doble siembra “tardía” que realizará una vez cosechado el girasol.
Una sumatoria de factores incidieron en este importante cambio productivo que le dio la espalda al algodón, que por segundo año consecutivo, el área de siembra, ni siquiera llegará a satisfacer la demanda de la industria nacional. Entre estos elementos, se conjugan la posibilidad de lograr dos cosechas anuales; la ampliada brecha tecnológica lograda por las empresas de genética granaria; la abismal diferencia de costos para la implantación de los cultivos y la fuerte incidencia que tuvieron los productores “extrachaco”, que tras el holocausto algodonero de fines de la década del 90, se quedaron con la mayoría de las tierras productivas de la provincia.
En este marco el girasol volvió a ocupar un lugar de preferencia basado en dos aspectos fundamentales: el bajo costo de implantación del cultivo y los excelentes precios “en pesos” tras la salida de la convertibilidad monetaria.
A partir de ello, el domo productivo chaqueño trepó por encima de las 260.000 hectáreas de la oleaginosa, superficie que estuvo condicionada y no fue ampliada por las limitantes de humedad que enfrentaron la mayoría de las regiones agropecuarias.
Los rendimientos que se venían logrando en la última semana, llevaron a que desde distintos sectores de opinión técnica se estimara en más de 250 millones de pesos los ingresos por la campaña girasolera.