La alternativa prendió con productores de la zona Centro-Sur de Misiones. La variedad de mayor aceptación es la Niágara Rosada, apta tanto para consumo (uva de mesa) como para la elaboración de vinos, próximo desafío a encarar por los colonos.
Terminó la cosecha de la variedad de uva Niágara Rosada en las primeras quintas donde se está apostando al cultivo de ésta fruta. Son vides que se introdujeron a través del Proyecto de Desarrollo Frutícola en las chacras de productores minifundistas de la Zona Centro-Sur.
La recolección comenzó el 12 de diciembre, diez días antes de lo previsto por los productores. El principal interés de este tipo de fruta está en que se caracteriza por ser de doble propósito, es decir de mesa y viniera.
Si bien, la cosecha 2003 fue anticipada, “la temporada se presenta buena, acompañó el clima, no hay problema de exceso viento ni granizo”, según comentó Pedro Ibachuta, productor de Cerro Azul, y agregó que es “el primer año que el viñedo entra en producción”. Es que Ibachuta piensa cosechar 700 u 800 kilogramos de las 260 plantas que posee en 130 metros cuadrados.
En el proyecto están trabajando cerca de 25 productores, que tienen la cuarta parte de sus viñedos en producción, mientras que el restante aún se halla en proceso de plantación o injerto.
En una hectárea el promedio de plantas es de dos mil, con una capacidad de producción de 10 mil kilogramos por año. Pero, la mayoría de los agricultores comienzan armando su viña en un cuarto de hectárea, por la inversión que se requiere, principalmente en el sistema de sustentación, sistema sudafricano, compuesto de maderas duras y alambres.
Vinos
Aunque por ahora la producción se comercializa como uva de mesa, apuntan a fabricar vinos. “Con la Niágara Rosada se podría elaborar un vino torrontés misionero, por sus cualidades aromáticas” explicó el responsable del programa frutícola del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, Alejandro Piekun, y describió a la Niágara Rosada (vitis lambrusca) como “una vid americana pura de doble propósito, es decir, es una uva de mesa con semillas, pero que puede dar un vino muy característico por su aroma”.
Además de la Niágara Rosada, las pruebas de variedades posibles de vides para vino ya se están ensayando en la provincia. Ibachuta comentó que tiene “una quinta de ensayos con unas 800 plantas, que se están probando para la elaboración de vino blanco y tinto”.
En este sentido, Piekun agregó que “60 años atrás existían muchos más viñedos que en la actualidad. Había bodegas y hasta una cooperativa vitivinícola del Alto Paraná. En Alem y Dos Arroyos había bodegas familiares que llegaban a producir 20 mil litros”.
Tal es el caso de José Luis Sartori (Picada San Javier) que aún recuerda todos los pasos del proceso de fabricación del vino: “hacía vino, en la época de mi padre, comenzamos en el 49 y hacíamos 200 o 300 mil litros. En esa época utilizaban la variedad de uva francesa (Isabela), “era la que conocíamos, pero ahora hay otras que dan mejor calidad de vino”.
En la actualidad, esta variedad de vino “tipo colonial” sólo se mantiene en Colonia Caroya, Córdoba. Ahora Sartori recuperó el interés en elaborar vinos, aún conserva los elementos que otrora utilizaba, tal es así que plantó Niágara Rosada y Venus.
Variedades
En Misiones hay dos variedades que son las preferidas de los productores, la variedad venus: uva híbrida, de mesa, negra, sin semillas, muy precoz, de ciclo muy corto, se cosecha desde el 15 de noviembre. Es decir, es una variedad primicia, cuando ésta entra en el mercado no hay ninguna otra que compita con ella en toda la Argentina; y la Niágara Rosada que tiene grandes posibilidades al ser doble propósito.
“El 25% de la uva de mesa que se vende en el mercado concentrador de San Pablo (Ceasa) Brasil, corresponde a esta variedad alcanzando precios similares o superiores a otras como la Vitis Vinífera (Italia, Rubí, Cardinal)”, según explicó Piekun. Esto significa que dada la preferencia de los consumidores hacia esta vid, las otras no serían competencia.
Otra variedad que también despierta interés es la Niágara Blanca, se cosecha en enero, similar a la rosada (que es una mutación de ésta). En menor medida la Isabel Temprana, que también tiene muchas ventajas pues se cosecha es después de la Venus y antes que la Niágara Rosada.
Diversificación
El Proyecto Frutícola Provincial comenzó en el 91 en la Zona Centro-Sur de Misiones, con productores que eran en su mayoría tabacaleros de la variedad Virginia. Este es el único programa que desarrollan tres instituciones en conjunto: el Ministerio de la Producción, el Inta y el Instituto de Fomento Agropecuario e Industrial. Piekun, consideró que “desde hace más de 10 años se desarrollan alternativas de diversificación para que productores minifundistas, en su mayoría tabacaleros, tengan un ingreso adicional a este rubro”.
En un principio fue con plantaciones de citrus y durazneros, pero últimamente la preferencia de los colonos se vuelca hacia las vides, y ya hay más de 300 productores que trabajando en el proyecto plantaron más de 500 hectáreas.