Misiones: el gobernador reclamó a Nación por la desregulación y las importaciones de yerba

El gobernador Hugo Passalacqua envió sendos reclamos al Gobierno nacional por las consecuencias de la desregulación yerbatera y la combinación con la apertura de las importaciones, que están marcando un récord en los primeros cuatro meses del año.

El gobernador misionero manifestó a las autoridades nacionales la profunda preocupación por la agobiante actualidad del sector yerbatero tras la desregulación de este mercado, que es transversal a toda la economía local.

 

En Misiones 13.500 familias yerbateras se han visto afectadas por la liberación del precio de su materia prima. Su destino hoy quedó sujeto a la posición desigual frente al dominio de los principales molinos. “Es nuestro deber como Gobierno defender al corazón productivo de Misiones”, dijo Passalacqua.

 

También señalo la abierta importación de yerba mate desde Brasil y Paraguay que asesta al sector muy duro. “Tenemos estándares de calidad altísimos, que es nuestra obligación cuidar y así sostener mercados conquistados en el mundo, garantizando una producción responsable y un consumo saludable a toda la población. Por todo esto, seguiremos defendiendo el cuidado del cultivo de la yerba mate, que es parte de nuestra más profunda identidad provincial y nacional”, remarcó Passalacqua.

 

El gobernador sostiene que la economía yerbatera se vio afectada de manera impensada por la desregulación contenida en el DNU presidencial, lo que afecta los estándares de calidad, salubridad y capacidad productiva, además de que pone en riesgo los mercados internacionales, “el prestigio de nuestros suelos” y el equilibrio del mercado (oligopsonio).

 

“Es necesario destacar que el mercado yerbatero es un mercado imperfecto, un oligopsonio, donde encontramos en un extremo a alrededor de 13.500 productores, y en el otro extremo a solo 100 molinos compradores, es decir, apenas un 7%. Si profundizamos el análisis, 10 molinos venden más del 80% del total de la producción. En otras palabras, los compradores representan solo el 1% sobre la cantidad de productores registrados. Esto hace que compren en forma cartelizada, eliminando así la posibilidad de un libre comercio. Esta posición dominante de un grupo de empresas requiere la intervención del Estado, el único que puede garantizar una mayor competencia para los productores y aliviarles la posición de desventaja en la que se encuentran, más si tenemos en cuenta que la tarea que realizan es muy laboriosa y abnegada. La historia nos ha enseñado en reiteradas oportunidades que el mercado yerbatero no tiene la capacidad de regularse por su cuenta sin afectar directamente al productor, el eslabón más vulnerable de la cadena, empujándolo a la precarización y dando por perdidos todos los avances que se logran en cada intervención del Estado”, argumentó Passalacqua.

 

La importación de materia prima proveniente Brasil v Paraguay genera fuertes preocupaciones, ya que sus estándares de producción difieren de los establecidos en la Argentina y, por ende, el producto final obtenido no responde en la calidad esperada. Según estudios del INYM la yerba que proviene de Brasil y Paraguay contiene altos niveles de metales pesados, que superan los limites internacionales para la exportación y por ello, es un enorme riesgo importar esa yerba de Brasil y de Paraguay, para ponerla en los paquetes nacionales  y que sean exportados. Pero además, se corre también el riesgo de romper el equilibrio del mercado interno, teniendo en cuenta que la yerba mate es un producto que se tiene que estacionar durante un año.

 

“Quebrar ese equilibrio puede ocasionar un daño posterior que nos demandaría hasta una década para volver a recuperarlo. Es decir, importar yerba irresponsablemente puede generar un daño sin precedentes en la economía regional, teniendo en cuenta que el comercio de la yerba es muy inelástico, ya que se consume el 90% dentro del país y solamente se exporta el 10%. Los últimos años se viene trabajando fuertemente para mantener ese equilibrio, con el fin de sostener un stock de ocho o nueve meses para que se produzca lo que se vende“, enumeró el Gobernador.

 

“Los distintos establecimientos productores y elaboradores radicados en la Argentina son permanentemente fiscalizados por las autoridades municipales, provinciales y nacionales. Esto se da a fines de resguardar la salud de los consumidores, haciendo cumplir las distintas leyes y resoluciones que garantizan la calidad y salubridad de la yerba mate”. 

 

“Lamentablemente, aprovechando la política macroeconómica, distintos importadores impulsados solamente por un afán de lucro desmedido, compran yerba mate en Paraguay y Brasil, evitando los controles sanitarios mediante distintas artimañas. De esta manera, ponen en riesgo la salud de miles de consumidores y también en los mercados internacionales, ya que se exporta esta yerba como si fuera Argentina, aprovechando el prestigio que tiene la misma por su calidad en la producción nacional”, contrastó.

 

Con esos argumentos, resguardar la salud de los consumidores, los mercados internacionales, que llevaron décadas desarrollar, como así también la industria nacional y las condiciones de libre mercado y competencias, Passalacqua consideró imperioso y urgente que las autoridades nacionales “controlen y prohíban el ingreso de la yerba mate que no cumpla las normativas argentinas y del Mercosur”.

 

Los números de la importación de yerba dispararon todas las alarmas. En el primer trimestre de 2020 se habían importado 118.400 kilos de yerba canchada. En el primer trimestre de este año, fueron 3.821.786 kilos, el volumen más alto desde 2019. Es más de la mitad de todo lo importado en 2023, cuando entraron 6.356.532 kilos. En un trimestre, el 60,12 por ciento de todo lo importado en 2023. Al contrario de la creencia popular, el 71 por ciento de la yerba importada vino desde Brasil.

 

La libre importación generó una tormenta perfecta que impactó en los precios de la materia prima. La hoja verde que se pagaba a 370 pesos hasta hace unos días, se desplomó. Las principales industrias comenzaron a pagar 310 o 315 pesos, con un anticipo de solo 150 pesos en efectivo y el resto en cheques a 30 días, como mínimo. Hay precios incluso más bajos: en el norte se está comprando hoja verde a 280 pesos. En unas pocas horas, el valor de la hoja verde cayó entre 55 y 90 pesos. En contraste, algunas industrias siguen pagando los 370 pesos por la materia prima, pero con tendencia al ajuste y con cheques hasta 90 días.

 

En la industria explican que bajó el precio de la hoja verde y de la canchada por la brutal caída de las ventas en el primer trimestre. En marzo el consumo interno fue de 18.792.347 kilos, el valor más bajo en los últimos doce meses y con una caída del 29,07 por ciento interanual. El consumo también cayó 6,77 por ciento en relación con febrero y el acumulado del primer trimestre ya lleva una baja de -9,17 por ciento. Abril no fue mejor según las principales marcas.

 

Con información de Economis.-

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