En 2020 surgió el programa frente a estas dos adversidades las cuales fueron un gran desafío, pero a la vez una necesidad imperante de tomar acciones concretas y urgentes para hacer frente a esta situación tan compleja que es el cambio climático, indicó el coordinador.

 

La sequía se convirtió en crisis hídrica y los incendios intencionales en crisis ígnea en simultaneo, situaciones que hicieron enfocar los esfuerzos en la reforestación del 2021 y 2022 para la protección arbórea de las vertientes de agua y en plantar en áreas afectadas por los incendios forestales logrando cubrir así en estos 3 años 395 hectáreas forestadas en total.

 

Estas acciones se logran con la colaboración y aportes de fondos provenientes de cooperación internacional, donantes individuales locales, empresas y la ayuda de las diferentes comunidades de fe de la Iglesia Evangélica del Rio de la Plata en Argentina, Paraguay y Uruguay.

 

En el marco del programa, la sensibilización ambiental fue realizada de manera simultánea durante los 3 años, no solo a los productores sino también a través de talleres sobre educación ambiental en más de 25 escuelas y grupos llegando de forma directa a 1.813 personas sensibilizadas sobre el funcionamiento de los bosques y como preservarlos.

 

En cuanto a la zona rural, los productores y productoras vinculados fueron 340 familias de 44 municipios diferentes, los cuales buscan con esto producir en sus chacras de manera más sustentable, entendiendo estas acciones de reforestación como medidas para mitigar el cambio climático y adaptar tanto cultivos como actividades pecuarias a los nuevos escenarios climáticos en la región.

 

En tres años se logró la reforestación de más de 30 especies nativas y talleres de educación ambiental.

 

 

Fuente: Argentina Forestal.-