“Ningún programa de biocombustibles a nivel nacional es sustentable sin el protagonismo del alcohol de caña de azúcar, dijo el investigador Federico Pérez Zamora, artífice de la puesta en marcha del Observatorio de Competitividad en Agronegocios del NOA.
Aunque existan cereales con potencialidades para la producción de alcohol, de hecho soy impulsor de un proyecto mixto de alcohol a partir de melazas y cereales”, opinó el investigador Pérez Zamora, vicepresidente de la Sociedad Argentina de Técnicos de la Caña de Azúcar (Satca), director del Instituto de Competitividad de la futura Universidad de San Pablo T y ex miembro del Programa Agronomía de la Caña de Azúcar de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Columbres (Eeaoc), entre otros cargos que desempeña.
Explicó que el alcohol de caña es irremplazable para sostener un programa de largo plazo, porque no hay sistema biológico que sea más eficiente que la caña de azúcar para capturar energía solar y almacenarla en la forma química de alcohol. Recientemente, Pérez Zamora fue distinguido en Buenos Aires por la fundación Funprecit (una de las cinco unidades de vinculación tecnológica de Argentina) con el premio a la Generación y Gestión de Proyectos Agroindustriales a nivel país. La distinción le fue otorgada por los proyectos que diseñó para el sector sucroalcoholero nacional.
“Existen escenarios productivos con potenciales para ser utilizados con tecnologías disponibles. Tucumán, en este sentido, es una de las regiones productoras de caña de azúcar que, a nivel mundial, se distingue por contar con una base de conocimientos robusta de generación local, que está disponible para experimentar un salto cualitativo de significación”, subrayó el especialista.
– ¿La competitividad se impone en el sector agrícola?
– Sí, y es por eso que se puso en ejecución el proyecto del Observatorio de Competitividad en Agronegocios del NOA. Este proyecto tiene como objetivo contribuir al fortalecimiento de los factores de competitividad de los encadenamientos agroindustriales de la región NOA. Una de las principales líneas de acción para alcanzar este objetivo es la generación de un espacio de información estratégica sobre variables críticas de alcance local, regional y nacional, en sus aspectos micro y macroeconómicos, que inciden en la competitividad sectorial presente y futura.
– ¿Qué ventajas otorgará el Observatorio?
– En este espacio, los actores vinculados al sistema agronegocios (empresarios, productores, sector público, centros científicos tecnológicos, universidades, inversores extraregión y sector financiero) dispondrán de información necesaria para diseñar programas de inversión y producción con alto nivel de certeza en las decisiones, basado en un profundo conocimiento del medio circundante. Al mismo tiempo, ofrece ambientes con información estratégica sobre mercados internacionales con vistas al diseño comercial de cadenas de valor. En este proyecto de valor estratégico para la región, participan dos equipos de profesionales especializados en agro producción y agronegocios. Uno de Tucumán, que dirijo yo, y el staff del Programa de Agronegocios de la Facultad de Agronomia de la UBA, que dirige Fernando Vilela.
– ¿Qué aportes puede hacer la investigación al deterioro de los suelos agrícolas?
– Existen paradojas geográficas en la Argentina, como las hay en otros países. Las zonas cordilleranas, que son inviables para la producción agrícola, son importantes reservorios de minerales que son nutrimentos de alto valor para los cultivos. Estos minerales ,que se encuentran deficitarios en muchos de los suelos agrícolas del país, generan importantes salidas de divisas en fertilizantes específicos. Por ello, el desarrollo de la industria química de fertilizantes es un desafío de alta implicancia estratégica. En estos proyectos de remineralización de los suelos agrícolas estoy trabajando actualmente junto con un equipo interdisciplinario de la industria química de fertilizantes.
¿Qué aportes brindará la futura Universidad de San Pablo T?
– Es una herramienta de desarrollo, un espacio necesario y distinto para el pensamiento, que no tiene como objetivo competir con las universidades que existen en la región, sino que, al contrario, complementará la oferta académica y contribuirá a la generación de conocimientos de excelencia locales, necesarios para el despegue económico y productivo de la región NOA.