En el caso de la energía eléctrica el tope de consumo será de 400 kwh mensuales (550 kwh en zonas sin servicio de gas de red) y en el caso del gas será variable, según categorías y subzonas en todo el país.
A partir de los datos incluidos en el Registro de Acceso a los Subsidios a la Energía (RASE), se realizó la división de los usuarios en tres niveles de acuerdo con sus niveles de ingresos.
En cuanto a la segmentación de subsidios de energía eléctrica, en el RASE se han anotado 8.890.998 de energía eléctrica: del Nivel 1: 399.156 (4,49%); Nivel 2: 5.040.120 (56,69%); y Nivel 3:3.451.722 (38,32%).
El tope de consumo será de 400 kWh mensual por hogar, mientras que para las localidades que no cuenten con gas natural por redes el tope se incrementará a 550 kWh.
Respecto a la la segmentación de subsidios al agua, actualmente se cuenta con 11 coeficientes zonales definidos que permiten administrar la carga tarifaria de manera progresiva, “generando un sistema de subsidios intratarifarios entre los usuarios con distintos niveles socioeconómicos”.
Así, se realiza la quita del subsidio en tres zonas que AYSA agrupó de acuerdo a su código de zonificación que tiene en su marco regulatorio.
Los usuarios del nivel alto tienen quita total del subsidio desde 1 de noviembre.
Los usuarios de medio y bajo tendrán una quita en forma progresiva y se saca en forma definitiva en marzo del 2023. Los bajos continúan con un 15 % hasta mayo del año que viene.
Las personas que tienen tarifa social o comunitaria quedan afuera de este esquema.
Los usuarios que consideren que necesitan solicitar la tarifa social, pueden pedirla.
La tarifa es progresiva y se adapta a la necesidad del usuario.
Solo 15% del universo de hogares que tiene AYSA (3 millones y medio), va a verse afectado por la eliminación del subsidio en noviembre.