Transición energética: ¿qué camino debe tomar Argentina hacia las energías limpias?

Por Juan Manuel Pereyra, Presidente de Eling Energía S.A.

Publicada en www.nuevarioja.com.ar

El mundo se encamina hacia la transición energética. La expansión de las fuentes de energía renovables es clave para combatir el calentamiento global y la contaminación ambiental sin afectar el abastecimiento. La disminución de gases de efecto invernadero (GEIs) es una prioridad y requiere la predisposición de los países para transformar su matriz productiva.

 

Argentina se encuentra entre las naciones que están realizando acciones concretas en ese sentido. El país avanza en diferentes frentes para profundizar su proceso de descarbonización. La puesta en marcha del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner (GPNK) que proveerá gas natural, la construcción de las centrales hidroeléctricas sobre el río Santa Cruz y el desarrollo de parques de generación eólica y solares son algunos de los proyectos que aportan y aportarán posibilidades de generación con bajas o nulas emisiones de gases de efecto invernadero.

 

Recientemente, la Comisión Europea incluyó el gas dentro de su taxonomía verde y lo equiparó a las energías renovables. De hecho, el gas natural es el combustible fósil con menor impacto medioambiental de todos los utilizados, tanto en la etapa de extracción, elaboración y transporte, como en la fase de utilización. El GPNK no solo nos abre la posibilidad a la autonomía energética y al ingreso de divisas producto de la exportación de gas sino que también contribuye a que el país utilice energías más limpias.

 

Por su parte, la hidroelectricidad tiene una de las menores tasas de emisión de gases de efecto invernadero, la vida útil más larga entre las tecnologías de generación y la mayor tasa de eficiencia. Otros factores positivos son su contribución al almacenamiento de agua, el bajo costo de mantenimiento y su alta velocidad de incorporación. En nuestro país la potencia instalada de hidroenergía aumentó desde 6.429 MW en 1992 a 11.101 MW en 2017. En 2020, superó el 40% y recientemente el recurso hidroeléctrico alcanzó el 21% en la matriz de generación energética.

 

La energía eólica es otro de los frentes en los que Argentina avanza en el proceso de descarbonización. Al día de hoy contamos con 57 parques eólicos que suman 900 aerogeneradores y 3292 MW de potencia instalada. Si bien esto aún representa un 10% de la capacidad de generación eléctrica de fuentes térmicas, la región de la Patagonia cuenta con recursos eólicos que están entre los más abundantes del mundo, con una velocidad media de nueve metros por segundo durante todo el año y una enorme potencialidad de desarrollo.

 

Qué nivel representan las energías renovables en la matriz energética de la Argentina

 

Actualmente, en Argentina las energías renovables representan el 12% de la matriz energética. De acuerdo con la Ley de Energías Renovables, promulgada en 2015, el objetivo es que alcancen el 20% para el 2025 y, según el Plan Energético presentado por el Gobierno, la cifra de la meta se elevaría al 30% para el 2030. Por otro lado, la Ley de Promoción del Hidrógeno potenciará el proceso de descarbonización y el rol de Argentina como proveedor energético global.

 

Este avance hacia la conversión verde debe darse sin pausa pero de manera gradual y viable. El foco debe estar puesto en la complementariedad de fuentes tradicionales y renovables para lograr combinaciones sustentables como las existentes entre energías gasíferas, hidráulicas, nucleares, térmicas, solares y eólicas, con la descarbonización como eje central.

 

En el marco de esta transición, donde conviven fuentes tradicionales y renovables, la generación termoeléctrica de ciclo combinado resulta de suma importancia para acompañar este proceso. Producir energía de esta manera genera un 50% menos de dióxido de carbono que las plantas en base a carbón. Las centrales de ciclo combinado no emiten dióxido de azufre ni cenizas y necesitan un 40% menos de aporte de agua al condensador. La construcción de la Termoeléctrica Manuel Belgrano II (TMB2) por parte de nuestra empresa en el predio colindante a la TMB1 significa un paso más en ese camino hacia una transición ordenada que no impacte negativamente en el abastecimiento ni descuide el medioambiente.

 

Este tipo de centrales requiere la ampliación de la red de transporte para que la energía generada de manera más limpia llegue a todo el país. Combinar de manera eficiente la producción y la distribución energética nos brindará las herramientas para avanzar paulatina y firmemente hacía un futuro más respetuoso con el planeta, en el camino del país hacia las energías limpias.

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