(Marzo 2017) La superficie implantada no llegará a las 300 mil hectáreas, y las fábricas locales tienen más de la mitad de su capacidad ociosa.
El algodón -orgullo de economía regional en el Norte Grande (NEA-NOA)- vive momentos inciertos. Las últimas estimaciones agrícolas del mes de enero proyectaban (con correcciones a la baja) una superficie de siembra a nivel nacional de 292 mil hectáreas, el 28% menos que en el ciclo anterior.
Poco antes del inicio de la campaña 2016/17 los datos más desalentadores indicaban que la superficie nacional a implantarse no llegaría a 400 mil hectáreas. Ahora se verifica en el informe oficial de Agroindustria que no llegará a 300 mil.
“Se vive la peor crisis del algodón por el precio” del algodón, dijo este lunes Rolando Zieseniss de la FAA de Chaco a las autoridades de Agroindustria con Ricardo Buryaile a la cabeza. El Ministro se comprometió a diseñar algún tipo de ayuda y contribuir con la sanidad vegetal en la lucha contra el picudo, otro grave problema que afecta al algodón.
Mientras eso sucede en la Argentina, el Comité Consultivo Internacional del Algodón (Icac por sus siglas en inglés), prevé mejores condiciones para el cultivo a partir de la demanda de algodón y precios al alza (2%), dado que se espera que el consumo de algodón permanezca estable.
La previsión de Icac es que en 2016/17 la producción global crezca hasta 24,3 millones de toneladas. La demanda se mantendrá estable en China, India y Pakistán, mientras que se elevará en Turquía (un 2% hasta 1,5 millones de toneladas), Bangladesh (un 5% hasta 1,5 millones) y Vietnam (8% hasta 1,3 millones).
La contracara del comercio mundial del algodón se ve no solamente en la caída de la intención de siembra local, sino en el derrumbe de una industria textil que está casi condenada conforme a los criterios de competitividad de las actuales autoridades de la cartera de Producción, que conduce Francisco Cabrera.
Durante 2016 el uso de la capacidad instalada por parte de las empresas textiles locales se redujo a menos de la mitad. Esto quiere decir que más del 50% de las instalaciones productivas de esta industria permanecen ociosas, cuando la Argentina tiene todavía -a pesar de la crisis- la posibilidad de autoabastecerse de materia prima gracias al algodón que se produce en el NEA.
